Originaria de Toluca, Estado de México, Leticia pasó su
infancia en Totoltepec, un pueblo donde la naturaleza y la compañía de sus
hermanos y primos fueron sus principales compañeros de juego; recuerda con
cariño las mariposas de colores pastel que adornaban los sembradíos de su
padre, una imagen que evoca la belleza de su niñez.
Desde pequeña, Leticia soñaba con ser psicóloga, una
profesión que, aunque poco difundida en su época, la fascinaba a través de la
televisión.
“Mi idea siempre fue ser psicóloga. Eh, no había tanto tanta
difusión ni siquiera para este tipo de profesión, pero cuando nosotros este
oíamos la televisión, a mí me fascinaba luego algunos programas que o películas
donde hablaban de los psicólogos y a mí me hubiera gustado ser psicóloga.”
Su adolescencia transcurrió en el mismo poblado, disfrutando
de una libertad que hoy considera perdida. Podía caminar de la escuela a casa
sin preocupaciones y pasar las tardes jugando baloncesto hasta que su madre la
buscaba, sin embargo, con la maternidad, su perspectiva cambió drásticamente, la
inseguridad se convirtió en una preocupación constante, impulsada por el deseo
de proteger a sus hijos.
La primera juventud de Leticia estuvo marcada por desafíos
económicos. Sus padres no podían costear una educación universitaria, por lo
que se apoyó en su "segunda mamá", Mamá Becky, quien le brindó apoyo
para la preparatoria. Sin embargo, circunstancias familiares la obligaron a
truncar sus estudios; así que, para salir adelante, Leticia estudió una carrera
comercial, trabajando y estudiando simultáneamente, y a menudo, caminaba hasta
2 kilómetros para ahorrar el pasaje de autobús y llegar a la escuela.
Al darse cuenta de que sus ingresos no eran suficientes, se
cambió a un sistema sabatino para poder trabajar entre semana, por lo que fue
contratada por una escuela para ofrecer becas y planes educativos en
comunidades, una experiencia que la conectó con numerosas familias y
estudiantes; en este trabajo, conoció a un exmilitar que la llevaba en su
motocicleta a las comunidades, quien lamentablemente falleció en un accidente.
“Cuando nos teníamos que trasladar a diferentes este
comunidades, él nos llevaba en su moto. Y desafortunadamente falleció en un en
un accidente también de moto y por eso
se me vino al yo creo que ahorita -Qué triste es perder a personas en el
camino- Sí.
Leticia completó su carrera como secretaria ejecutiva en
español, lo que hoy equivaldría a una asistente de gerencia. Su primer empleo
fue en una línea de transporte público en Toluca, "2 de marzo",
considerada la más innovadora y extensa de su tiempo. Trabajó en el
departamento de personal, donde su jefe, el señor Salgado, le enseñó valiosas
habilidades, desde realizar exámenes médicos hasta pruebas de manejo, cabe
destacar, que de acuerdo con Leticia, gracias a la experiencia de su padre
trailero y sus hermanos, Leticia ya sabía manejar autobuses y tráileres, lo que
le permitió realizar las pruebas de manejo sin problema.
En su familia, no había objeción a que una mujer tomara el
volante, lo que la lleva a creer que la escasez de mujeres conductoras en el
transporte público no se debía a puertas cerradas, sino a la falta de interés
por los horarios extensos y la dificultad de conciliar la vida laboral con las
responsabilidades familiares. Leticia sugiere que jornadas laborales más cortas
y turnos divididos podrían abrir más oportunidades para las mujeres en este
sector.
Un giro inesperado en su vida la llevó al mundo del
estilismo, la enfermedad de su hijo, quien padecía problemas de salud desde
pequeño, la llevó a pasar mucho tiempo en el hospital. Para aprovechar el tiempo,
decidió estudiar estilismo, descubrió que cortar el cabello no solo
transformaba la apariencia de las personas, sino también su estado de ánimo y
su día. Se especializó en colorimetría, tratamientos capilares, faciales,
masajes y manicura, encontrando en el estilismo una forma de cambiar vidas.
Leticia compartió que, como estilista, tiene la oportunidad
de escuchar innumerables historias de sus clientes, quienes a menudo buscaban
no solo un cambio de imagen, sino también un oído atento y un consejo. Empezó a
escribir un libro con estas anécdotas, aunque lamentablemente se quemó.
“Yo anotaba todas las anécdotas, jamás le ponía nombre
porque jamás le puse un nombre a la anécdota, pero yo te podría contar muchas
anécdotas de gente que llegó a mí con muchos problemas, y que con el hecho de
hacerle una transformación en el cabello o arreglarles las uñas o cambiarles su
color de cabello, su manera de ver la vida era diferente. Ya no se sentía a la
mejor la tristeza o la frustración o el enojo o era incluso te dicen la gente: ‘Vengo
a cortarme el cabello para cerrar círculo’.”
En cuanto a su concepto de familia, Leticia lo ha visto
evolucionar a lo largo de su vida. Para ella, la familia nuclear (padre, madre
e hijos) es el primer círculo, seguido por los familiares extendidos. Sin
embargo, destaca la importancia de la "familia que uno elige", los
amigos, a quienes considera la familia más bonita y valiosa.
Leticia también compartió detalles de su vida personal, estuvo
casada durante 16 años con el padre de sus hijos, a quien amó profundamente, sin
embargo, las diferencias en la forma de ver la vida y el problema de
alcoholismo de su exesposo la llevaron al divorcio, posteriormente, conoció a
su actual pareja, a quien describe como "la persona más maravillosa"
y el padre de sus hijos.
Durante su matrimonio anterior, Leticia enfrentó el desafío
de criar a sus hijos y lidiar con la enfermedad de uno de ellos, a menudo
sintiéndose sola, y afortunadamente recuerda, encontró apoyo en jefes
comprensivos, para llevar a sus hijos a la oficina, estas experiencias le
enseñaron que no debe aferrarse a personas que no son su pareja y que siempre
hay una visión para salir adelante.
La historia de Leticia Monroy Millán es un testimonio de
perseverancia, amor y la capacidad de encontrar oportunidades de crecimiento
incluso en los momentos más difíciles, su trayectoria, desde una infancia rural
hasta convertirse en una exitosa estilista y educadora, es un ejemplo de cómo
la pasión y la resiliencia pueden transformar vidas, que podremos seguir
conociendo en una segunda parte.
Mientras tanto, aquí puedes escuchar la primeraparte: https://youtu.be/LuKTrLW8T70



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