La aplicación intensiva de agroquímicos está dañando la salud los mantos acuíferos, reconoció el diputado local Max Correa, por lo que aseguró que se tienen que hacer este estudios más profundos por parte del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de México, y la Secretaría de Salud, pues hay datos duros de esta afectación en Tenancingo, Villa Guerrero, Atlacomulco y otros lugares.
“Lo empezaron a ver los de Villa Guerrero hace años, cuando
en los panteones empezaron a ver que había muchos fetos malformados, y eso por
qué, pues por los impactos de los agroquímicos. Todos allá tienen en el
traspatio su invernadero, el productor entra al invernadero, aplica los
agroquímicos, no se cambia y aunque se cambie, o a veces la mujer embarazada
entra y sale del invernadero, consumen esa agua, el agua se infiltra con esos
agroquímicos, entonces es una contaminación tremenda, es un daño a la salud
pública, y es algo que se tiene que revisar”.
Señaló que hay otras formas la agroecología, un agrosistema
distinto, por lo que al igual que sucede con el agua, son paradigmas que se
tienen que modificar.
Sin dar un posicionamiento sobre si desde el Legislativo se
debe hacer un exhorto a las instancias mencionadas para realizar un censo sobre
cuántas personas han sido afectadas, señaló que además, debe haber concientización.
“Pero otra vez los intereses se imponen, -el presidente de
México- prohibió en un decreto el uso del glifosato, y esos intereses han
presionado de tal manera que el presidente tuvo que desistirse del asunto y
liberar otra vez la compra de glifosato y su uso, que porque no hay sustitutos,
pero de ese tamaño están los intereses en una coyuntura del país”.
Finalmente afirmó que estas son decisiones políticas que se
irán venciendo con el segundo piso de la transformación.
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