De acuerdo con Carlos Mayan Rivera, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias En México (Inifap), la reforestación a menudo se centra en los árboles, pero se descuida el papel crucial de los hongos en la salud de los bosques, pues actúan como bioindicadores, es decir, que su presencia indica un ecosistema forestal saludable, gracias a su dependencia de factores climáticos, hidrológicos y ambientales, y a su relación simbiótica con las especies arbóreas, por lo que la existencia de hongos específicos indica la adecuación de las condiciones ecológicas.
“Si existen hongos, el bosque está bien, porque hay una serie de factores climáticos hidrológicos, ambientales y sobre todo al ser un organismo simbiótico es muy importante, es muy importante la interrelación de los hongos con las especies forestales.
“Los hongos son específicos, o sea, no pueden salir de cualquier árbol, de cualquier especie, entonces, primero son indicadores, o sea, si hay hongos es de que el ecosistema está bien. Conforme el desarrollo de los hongos prospera es que las condiciones ecológicas están adecuadas.”
Además de su valor ecológico, los hongos comestibles representan una importante fuente de alimento e ingresos para las comunidades, especialmente en el centro de México, por lo que un manejo sustentable, desde la recolección hasta el mantenimiento de los bosques, es crucial para su aprovechamiento, y un ejemplo es la posibilidad de generar ingresos equivalentes a la tala de madera, pero de forma anual y sostenible, a través de la cosecha de hongos comestibles.
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Carlos Mayan Rivera, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias En México (Foto: Manuel Luna).
Hongos Amanita Muscaria (Foto: Hipolito Jesús Muñoz Flores - redes Inifap).




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