La obra de teatro Casa Calabaza, que inició temporada en el Teatro El Galeón, tiene su origen en la vida real
Es la primera vez que una obra de teatro penitenciario
se monta en un escenario profesional. Foto: Cortesía INBA
La obra de teatro Casa Calabaza,
que inició temporada en el Teatro El Galeón, tiene su origen en la vida
real. En la de Mayela Moreno, cuando joven. En las vivencias de su
familia, la relación con su madre y su entorno social. Un entorno de
tristeza, coraje, frustración. Una obra, pues, que se convirtió en un
ejercicio de introspección para Moreno, autora del relato que ganó el
Concurso Nacional de Teatro Penitenciario 2014.
La hija mata a su madre, un parricidio. Pero más allá de hablar del asesinato en sí mismo, la autora centra el drama en los estados sicológicos por los que transita la protagonista para cometer el crimen. Entonces el público encontrará el punto de reflexión sobre la violencia familiar, un tema vigente.
En un primer momento, los invitados a la cena transitarán por un túnel en el que verán cartas de la autora y de otros espectadores, una suerte de trance emocional. El banquete inicia poniendo sobre la mesa el carácter y estado sicológico de cada personaje: una madre molesta hasta la frustración, un padre contenido y la inocencia de una niña que descubre el mundo. Entre la educación moralista, la violencia en casi todos sus grados, el control del otro y las frustraciones, la ruptura familiar viene cuando la abuela cae enferma y al cuidado de la familia. Las emociones, las tensiones y los desengaños alcanzan su máximo esplendor. Es cuando la niña, el eslabón más débil, explota la “casa calabaza”.
La protagonista es entregada a las autoridades y ahí aprende que “la vida sigue después de una tragedia”. La historia fue escrita por Moreno, aún interna del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, y a partir de los talleres de la Compañía de Teatro Penitenciario y el Colectivo Escénico El Arce, su obra se presentará en el primer Ciclo de Teatro Penitenciario en el Centro Cultural del Bosque.
Es la primera vez que una obra de teatro penitenciario se monta en un escenario profesional. La dirección escénica está a cargo de Ismael Almanza, con actuaciones de Manuel Domínguez, Ángeles Marín, Patricia Hernández, Mireya González y Gloria Castro. En una escenografía que recrea los espacios familiares, el comedor, un espejo enorme y un espacio con muchos libros.
Fuente: excelsior.com.mx
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